Una vez las clases terminadas, (por fin, nunca terminaban), me despedí de mis amigas y comencé a caminar hacia mi nuevo apartamento. El clima estaba que helaba, y había una suave llovizna, la cual las gotitas me caían sobre el rostro. Al principio llovió tranquila mente, pero luego una fuerte tormenta irrumpió mi camino a casa. No era que quedara lejos, pero si lo bastante como para mojarme de arriba a abajo, lamentable mente me había olvidado mi paraguas, vaya mi suerte.
Entre en mi hogar, quise ir a tomar un chocolate caliente ya que me sentia un poco afiebrada y queria sentir calor en mi cuerpo, pero al parecer no pude ya que Riley y Anna no paraban de besarse en la cocina. Apoye mi mochila fuertemente en la mesa, aproposito, para que me escucharan y se precataran de mi existencia. Pero nada. Hice una tosesita molesta, de las tipicas de las que siempre interrumpen, pero tampoco, nada.
-holaaaa!!!!!!-dije molesta, nada-HOLAAA!?!?-ahora furiosa
-Cielo creo que debo ir llendome,-dijo Riley- nos vemos en un rato-la beso- Sarah que lindo verte-le dirigi una mueca forzada, despues de eso se marcho.
Tal vez estaba siendo algo dura con el, y en el fondo me sentia mal.
no era mal muchacho, para nada. Adamas me caia bastante bien. Es un hombre de cabello morena y ojos cafes y color miel. Es extremadamente alto y musculoso, segun mi tia era muy comprensible, amable y encantador.
-hola Sarah, ya me preguntaba donde estabas? como te ha ido?
-ja! gracias por tu interes, es que nunca me escucharon aqui?-bajo la cabeza avergonzada-mira Anna no te lo tomes a mal, pero si yo aqui soy un estorbo...
-pero que ridicula, como no te voy a querer aqui? Oye, casi me olvido, hay alguien que debo presentarte, es el primo de Riley, y al parecer va contigo al instituto. Ah! y hoy saldremos a cenar con la familia de Riley, vale?
-si "mama"-dije con un tono burlesco y de mala gana
-pero que estas de mal humor
-la verdad, si.
-bueno, bueno ve a alistarte, que tengo que pasar por el hospital
-ok
Cando al fin termine de bañe, me dirigi hcia mi aramario y elegi unos panatalones pitillo vaqueros claros y una blusa de tiritas verde agua y arriba otra de manga larga blanca. Era la primera vez que no me vestia con negro desde la muerte de mis padres. Tambien me quise poner mi garagantilla de oro blanco que decia "Sarah". Ese era uno de los ultimos recuerdos de mis padres, mi regalo de mis 14 años.
-pode mos ir llendo, estoy-dije
Salimos del edificio, y nos dirigimos hacia el hospital, por que alli trabajaba Anna, pero algo raro habia en ella, como si algo demasiado importante no me lo haya contado y me lo ocultase. En el camino...
